La Policía descubrió una olla con ocho orejas humanas al allanar las viviendas de unos brujos curanderos que prometían inmunidad a las balas a quienes consumieran carne humana.
Un escalofriante caso de canibalismo se dio a conocer gracias a la confesión de un hombre, quien entró en un cuartel policial en Estcourt (Sudáfrica) con trozos de un brazo y una pierna humanos y aseguró estar «cansado de consumir carne humana», informa el periódico ‘Sunday Times’.
La investigación reveló que al menos unas 300 personas, casi un tercio del total de habitantes de una aldea de la zona, accedieron a profanar tumbas o consumir carne humana por orden de unos curanderos.
Al allanar las viviendas de estos últimos, la Policía descubrió una olla con ocho orejas humanas, así como varias maletas repletas de fragmentos de cuerpos cercenados en diferente estado de descomposición, cuenta un funcionario local, Mthembeni Majola.
Los curanderos persuadieron a los habitantes de la aldea de que las pociones con restos humanos los protegerían de la pobreza y los volverían invencibles e inmunes a las balas de la Policía.
Las autoridades arrestaron a tres personas, sospechadas de violar, asesinar, desmembrar y comer partes del cuerpo de una joven de 25 años. Otros dos residentes locales fueron detenidos por posesión de órganos y tejidos humanos.